Grace es la protagonista de otro
potente drama histórico, el cual se ancla en el realismo y en ejuiciar las bases de una sociedad patriarcal. No está a la altura de “The
Handmaid`s tale”, pero si enganchaste con ésta, la propuesta de Grace te
gustará igual porque es más que una serie de mujeres, es una historia de
maltratos contada por una artista del engaño, pero eso nadie lo sospecha al
mirar los ojos de la desdichada protagonista.
No es casualidad que “The
Handmaid’s tale” sea una de las series más reveladoras del año. Además de sus
méritos técnicos y actorales, fue importante por la dura crítica feminista que
destapó. Pero Margaret Atwood, autora d ela novela, tenía otro as bajo la manga,
el cual se enfocaba en el género de ficción histórica. En “Alias Grace”, Atwood
narra el caso real de Grace Marks, una inmigrante irlandesa que llegó a Canadá
en el siglo XIX y que, a los 16 años, fue condenada y encarcelada por
el asesinato del ama de llaves de la casa en la que trabajaba como criada, una
diferente a las de “The Handmaid’s tale”, pero cuya vida también estaba
marcada por las carencias. Con todo esto, habrá quien piense que es otra serie
feminista utilizada como vehículo de denuncia, pero la propuesta se evade de
los discursos y deja que los personajes hablen por sí mismos, siendo ese un
punto extraordinariamente logrado, porque es ahí donde el personaje principal ejerce
un efecto casi de hechizo.
Son seis episodios, los que se
podrían dividir en dos partes: los cuatro primeros, donde Grace cuenta su vida,
y los dos últimos, en donde la serie da un vuelco y se transforma en un
thriller que va mostrando sus capas, gracias a una estructura flexible. De esta
forma, se afinó muy bien la ambigüedad del relato de la asesina, logrando que
la pregunta típica de si es inocente o culpable se vuelva entretenida, un
puzzle, y no un accidente.
Grace
¿Se dejó arrastrar a los crímenes
por el otro empleado de la casa?, ¿O era ella quien manipulaba los
acontecimientos?.
Grace es un gran personaje, súper
complejo, con una personalidad llena de capas que se irán develando. Sarah Gadon captura
todos los matices de su personaje y su narración es tan magnética que consigue
transmitir toda la manipulación que requiere la construcción de la
historia. Otro punto logrado son las escenas con el Dr. Jordan, las que nos
hacen la pregunta constante de sí puede haber alguna química amorosa entre
ambos; esos momentos son necesarios para mostrarnos la clase de mujer que
la sociedad de la época pudo moldear. Reitero que la miniserie gana en los dos
últimos capítulos, que pasan de ser una descripción del papel a ser un
thriller, porque ahí es cuándo empieza a apostar sobre la inocencia o
culpabilidad de Grace.
Sarah Gadon, al contrario del
insulso papel que tuvo en “22-11-63”, se desdobla en habilidades,
hipnotizando con su mirada entre inocente y malvada. Por otro lado, muy bien
estuvo Anna Paquin, en su mejor interpretación tras “True Blood”.
Otros puntos fuertes:
- Rebecca Liddiard (Mary Whitney). Es un personaje vital en la vida de Grace porque la inspiró y significó su despertar a muchas realidades. Sus escenas juntas son notables.
- El reparto. Destacan el director David Cronemberg, como el Reverendo Verringer; Edward Holcroft como el Dr. Jordan; Anna Paquin, como Nancy y Zachary Levy, como Jeremiah.
- Los seis episodios fueron dirigidos por Mary Harron. (“American Psycho”), quien además fue productora y trabajó codo a codo con la adaptadora. Visiones femeninas que, finalmente, permitieron la redención del personaje, tal cual quería la autora de la novela.
- Producción: si bien no tiene los niveles de “The Handmaid’s tale”, cuenta con momentos muy inspirados y bastante brutales, efecto que se apoya con el montaje.
- Relato en primera persona: la voz en off nos permite acceder a los pensamientos de Grace, los cuales contradicen, en ocasiones, sus acciones, pero nunca pierde el tono crítico y reflexivo.
- Femme fatale: podemos concluir que todos los hombres que pasan por la vida de Grace se enamoran de ella, ya sea por lástima, por su pasado o por su presente. Inocente o culpable, Grace era tan fuerte y mental que terminaba siendo una advertencia contra los hombres, porque por toda su historia era incapaz de enamorarse de ninguno.
Una serie muy cerebral, un
retrato de época fiel, un relato personal extremadamente agudo. En seis episodios,
encontrar velocidad narrativa, reflexión y actuaciones que dan en el tono, no
es fácil, sumámdose a la lista de grandes producciones realizadas este año. Incluso, esto nos hace olvidar que, para variar, no quede claro si Grace es
la asesina, más bien, el guion la deja como una femme fatale con apariencia de
desdichada, totalmente hipnótica. La historia es fascinante y es un gran true
crime, de los mejores vistos en años.
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