Cambios para la segunda temporada ha anunciado HBO, porque
tras el resultado de su 1era salida al aire, sin duda, que hay que redirigir la
dirección creativa de la serie. Terence Winter (“Los Soprano”, “Boardwalk
Empire”) deja el equipo porque “Vinyl”, en el balance general, se quedó en
promesas.
“La serie de
Fincher”, “la serie de Glenn Close”, “la serie de Spielberg”. Para muchos, la
magnífica “Boardwalk Empire”nació, creció y murió como “la serie de
Scorsese”…siendo que fue la obra maestra de sus guionistas, como casi siempre
es. “Vinyl” también cayó en ese saco errado de categorizar una serie porque
un director de cine ingresa a un proyecto de TV; esta colaboración entre el oscarizado cineasta
y el prestigioso Terence Winter prometía traernos a la pantalla el amanecer del
punk, el hip hop y la música disco graficado en la figura de Richie Finestra, el
presidente de un gran sello discográfico que estaba en pleno proceso de salvar
su compañía y, también, su alma.
El primer capítulo de “Vinyl”, con su duración de 113
minutos (el piloto más largo de la historia) fue una mini película de Scorsese.
El lugar, la música, los diálogos, los temas… todo remitió a la variante más
popular de la filmografía del italoamericano. El piloto se movió hacia adelante
y hacia atrás en el tiempo, con una estructura de flashbacks que avanzó sin
perder un segundo…todos enganchamos. La serie de Scorsese, de Mick Jagger!,
punk, drogas, alcohol, música…un coctel cinco estrellas para degustar cada
domingo.
Pero algo ocurrió y ya en el tercer episodio notamos que el
ritmo era otro, que la historia se iba en detalles menores…Devon refugiada en un
Hotel, Richie en su mansión para meterse droga como enfermo, con una muerte en
la conciencia, huyendo de las consecuencias de la mafia. Cada semana eran 50
minutos para avanzar poco en la trama; había mucho recreo en esa espiral de
drogas y anhelo sexual extraconyugal. Entre la difusa línea del ridículo, lo
cómico y lo patético Bobby Cannavale se pasaba de afectado en cada
intervención, algo que no ayudaba a un guion que lo obligaba a protagonizar escenas
repetidas y sin sentido (como la escena en el bar mitzvah de su colega).
Hubo pocos momentazos. Uno de ellos fue el reencontrarse con
el Bowie de ficción, justamente cuando todos aún estamos de duelo
ante su muerte; además, dieron en el clavo con el actor elegido, cuyo físico era
muy parecido y reprodujo su forma de hablar con elocuencia. Ese ensayo de
“Suffragette City” y la posterior charla con los dos representantes de American
Capitol ha sido uno de los momentos mágicos que nos dio la serie. Debieron
haber habido muchos de estos momentos, nos quedamos con ganas porque “Vinyl”
siempre trató, a lo Shyamalan, de ser una serie sorpresiva, pero no
lograban dar ese sello. El principal problema de la serie fue su carencia de
sutileza. Episodio a episodio sembraban semillas de pistas sobre lo que iba a pasar,
para concluir con algo desfachatado. Ya no nos ofrecían esa patada de
endorfinas; la ficción se fue enfriando por caminos que ya estaban muy transitados,
perdiendo el foco realista que había conseguido y, lo que es peor, fue reduciendo
el impacto inicial por sobreexceso y por tirar todo a la parrilla, por ser
super explícitos, en lugar de haber jugado más con lo sutil.
Lo mejor de esta primera temporada fue la música, hubiera
sido el colmo si no. Diegética, visualmente representada y escuchada como una
melodía omnipresente. Pero nos quedamos con ganas de haber podido “tocar” más
de cerca esa época, que estuvo tan llena de vida. La fotografía, del nominado
al Óscar Rodrigo Prieto (que también trabajó con Scorsese en “El lobo de Wall
Street”) dio luz y oscuridad a un mundo sinuoso, que parecía preso del humo del
cigarrillo y ambiente de fiesta todo el rato; la luz nos ayudaba a aguantar
esas resacas de alcohol y drogas.
Bobby Cannavale logró una actuación mixta. Esclavo de un guion
repetido y poco original, logró darle algo de chispa a su personaje, el que pudo haber
evolucionado más. Pero en general fue una buena actuación.
Olivia Wilde, como su esposa, fue ignorada y relegada por el
guion a un plano secundario. Son los ‘70!! La mujer ya es protagonista de una liberación
que, esperamos, Olivia comande en la 2da temporada.
Ray Romano, como Zak, el mejor amigo de Richie, fue una
buena sorpresa. Pensé que nunca me sacaría a Raymond de la cabeza y acá logró
desplegar otras capas. La escena final señala que algo tendrá que cambiar entre
Zak y Richie para el segundo ciclo.
Juno Temple y el “hijo de Mick Jagger” también fueron una
buena sorpresa.
“Vinyl” nos prometió disco, funk, blues y hip hop y
cumplieron, era un deleite “escuchar” la serie. Excelente la escena con el
Elvis ya decadente, con Robert Plant tomando las riendas de su banda y mandando
al carajo al sello. Pero también nos prometieron drama y humor y creo que el
guion no supo dar en el clavo, se tornó confuso y distractor, con personajes
que no agarraron el vuelo, lo que se reflejó, en EEUU, con bajas de ratings
paulatinas; esto fue muy problemático para HBO que, por algo, la había programado
antes de su as de espadas “Game of Thrones”.
Toda esta vorágine de malas audiencias y guiones confusos
hizo salir al gran guionista Terence Winter del equipo y conseguir, como reemplazantes,
a Scott Z. Burns y Max Borenstein. ¿Cuál será su propuesta para la season 2?.
Tres ayudas:
Aparecería como recinto el mítico CBGB
La historia podría incluir a “Ramones”
Nuevas y poderosas mujeres irrumpiendo el mundo de los
hombres
Pero como Netflix siempre aprovecha los baches de HBO, los
que no quedamos conformes con esta “Vinyl” estamos expectantes para el estreno
de “The Get Down”, serie que también mostrará el nacimiento del hip hop, la
música disco y el punk en la ciudad de Nueva York y será dirigida nada menos
que por Baz Lurhmann (“Moulin Rouge”, “El Gran Gatsby”). El guionista será
Shawn Ryan (“The Shield”).
Luhrmann ya se ha comprometido a dirigir los dos primeros
episodios y el final de la temporada. La serie contará con 13 episodios y tiene
fecha de estreno para agosto. Para “Vinyl” y su vuelta de giro dramático,
esperaremos un año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario