Un intenso deseo de justicia combinado
con las posibilidades tecnológicas que entrega la sociedad moderna, es decir, una
computadora con wi-fi más una persona extremadamente apasionada. Esta combinación,
de los nuevos tiempos, es lo que movió la primera temporada de esta genial
propuesta televisiva en la que, precisamente, este exceso de
pasión fue el punto más fuerte para la serie porque “Mr. Robot” no se mantuvo
neutral, no podía, su historia fue profundamente política y social, y tú, como
espectador, no podías verla sin tomar partido.
Sorprendente. Es el adjetivo que mejor describe a “Mr
Robot”, ficción creada por Sam
Esmail y que estuvo marcada por un gran
vértigo y un juego sicológico llevado de maravillas, y que perfectamente podría
volverse de culto debido a las buenas críticas que acaparó su 1ra temporada,
cuya motivación estuvo en la observación del movimiento hacker y en colectivos
como Anonymous y LulzSec, el primero como fuente de datos acerca del primer
grupo organizado de hackers y el segundo, ya con la idea de que todo esto podía
derivar fácilmente en iniciativas criminales; esto debido a que estos grupos se mueven por un ímpetu
revolucionario "anti-stablishment" teñido, muchas veces, de una pasión
en la línea con problemas de personalidad-como el ego y
la ira- hacia un sistema económico y político percibido como injusto y abusivo, lo que
sumado a un alto nivel de confianza en las propias capacidades fueron creando
la atmósfera para desarrollar la historia, sin embargo, la serie agregó otro
elemento: el equilibrio para conservar el factor humano,
de modo que la ira no apareciera como una emoción negativa y así el espectador
pudiera conectarse con la necesidad humana de justicia.
‘Mr. Robot‘
fue un gran retrato de la realidad, con lucidez y crítica, sin caer en la
espectacularidad ni en la incongruencia del guión. Hacía tiempo que la televisión
venía necesitando una serie como ésta, capaz de provocar con inteligencia y construir una realidad aterradoramente atractiva. Y
en esto, el papel de Rami Malek resultó fundamental como un hacker sociópata, anti-sistema y con severos problemas de socialización; un
protagonista inteligente que siempre nos hizo entrar en un juego en que nada era
lo que parecía. El juego también abarcó la mente del espectador, había que
involucrarse para entender el entramado
social con alusiones al consumismo, al materialismo y al entretenimiento,
todo con tal de no mirar nunca de frente la realidad.
Como toda serie, el ritmo decayó un poco en el cuarto
y quinto episodio para retomar con todo en la segunda mitad y meterse en una narración angustiosa, casi claustrofóbica,
con planos excesivamente cerrados y siendo parte de la problemática mental de
Elliot Alderson. El guión vuela en el octavo capítulo, en el que se hace
un importante giro para presentarnos el verdadero juego (o eso nos hacen creer);
un plano secuencia sensacional para mostrar que el mayor
peligro del sistema es el propio sistema.
Habíamos tenido un año tranquilo a nivel de series,
sin ninguna sorpresa en verdad. Vimos “House of Cards” sin sobresaltarnos,
pateamos el televisor con el bodrio que fue “True Detective”, aplaudimos “Game
of Thrones” y toda su fantasía, nos tragamos el fiasco de “Wayward Pines” y estamos sorprendidos con el
éxito de “Fear the Walking
Dead”. Pero entre tantos zombies, dragones y líos policiales hacía falta una
bofetada de realidad y actualidad y ésta, definitivamente, vino de la mano de “Mr. Robot” y su “no se puede cambiar el mundo sin antes acabar
con él”.
Como toda buena
serie, el final de temporada no dejó conforme a nadie y muchos fans ya están despotricando
porque se esperaba algo más en el capítulo final, pero hubo varias pistas para
lo que viene (la segunda temporada fue confirmada hace mucho):
- se debería explorar
lo ocurrido en los tres días luego de que Elliot revelara su plan a Tyrell,
quien fue despedido de Evil Corp al ser sospechoso por asesinato.
-Otros temas a registrar
serían cómo Elliot, ahora ya consciente de que es Mr .Robot, lidiará
con su otra compleja personalidad; también está el drama de Angela Moss (Portia Doubleday) al
traicionar sus principios, y también sería buen punto abordar la verdad de WhiteRose (B.D. Wong), el hacker chino que ayudó a
hundir el sistema de crédito de Evil
Corp.
Romper con los
límites y llegar a nuevas audiencias. Esa fue la propuesta, y a punta de un
buen guion y papeles bien definidos la serie calzó como guante en un débil año
2015. Pero no por eso estoy diciendo que es la serie del año, lo digo porque
vino a llenar otro espacio donde las palabras cyber-thriller-suspenso se
mezclaron de manera aterradora pero muy muy real. Si no la has visto prepárate
para tomar partido, tienes que involucrarte y eso no lo logra cualquier serie.
no me gusto el capitulo final pero buena serie, original y quien quiera que sea que quiera destruir a una gran corporacion es mi heroe, (Evil Corp, jajajja se pasaron)
ResponderEliminares típico cuando una serie es cautivadora que el final deje con gusto a poco
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